miércoles, 6 de marzo de 2013

Algunas delicias (y otras no tanto) de la maternidad

¡Hola!, me reporto luego de varios días y es que en este preciso momento, me decido a escribir algo, además de que coincide el momento con uno en que tengo ambas manos desocupadas, pues el bebé está extraña y gratamente para sus padres, profundamente dormido en su cochecito.

Contando desde el principio: la cesarea fue estupenda, (si se puede decir eso de una intervención quirúrgica), a RAT lo dejaron entrar en un momento dado al quirófano para que estuviera a mi lado, y ambos presenciamos el momento en que mi obstetra levantaba con dos dedos de su mano la cabeza de Manuel, -¡es un bombón! -dijeron los obstetras, al momento que lo sacaban por entero. Tengo vívida esa imagen,  parecía de cera, un muñeco con todos los rasgos bien marcados. Se lo llevaron junto a RAT, y después de unas horas lo llevaron a nuestra habitación.

La recuperación fue rápida, desde la primera noche fui al baño por mis medios (caminando agachada y como podía) y ya al segundo y tercero caminaba erguida. Nos dieron de alta al cuarto.

Manuel Ignacio es el nombre que decidimos ponerle unos minutos antes de entrar al quirófano, y que decir de él: ¡es perfecto!, es hermoso, tiene unos mofletes para comérselos y tiene un cabello ralito, con unas entradas pronunciadas en el frente. Por supuesto no faltaron las bromas: ¡en eso se parece al padre!, "de haber sabido le regalábamos sesiones de masajes para evitar la calvicie".

Está creciendo muy bien, engordando bastante y solo con leche materna. Con respecto a la lactancia he pasado por distintos momentos, algunos buenos y otros muy duros.
Siempre lo alimenté a "libre demanda", lo que claro, al menos al principio, es en extremo demandante. Hubo días en que Manuel se ponía demasiado ansioso hasta la desesperación y parecía no alcanzarle nada, y yo pensaba que no tenia suficiente leche, no se calmaba, no dormía, etc. Intentamos un par de veces reforzarlo con suplemento, pero a él mucho no le gustaba, ni a mi tampoco, la verdad, es que tanto he leído sobre lactancia materna y sus beneficios que termina siendo una especie de religión, hay mucha presión social para ello, y con razón, se sabe de sus beneficios pero resulta opresivo para quienes no pueden. Es enormemente gratificante ver como tu bebé crece solo a base de tu alimento, como también es arduo ya que implica estar las 24 horas avocada en exclusividad para tu bebe, cuando antes gozabas de la libertad de andar como un adulto por la vida.
El primer mes fue agobiante para mí, mi ánimo sufrió bastante, por un lado está la alegría de tener a mi bebe conmigo y por otro el abismo de no saber bien como manejar todo lo nuevo y la pérdida de control que eso representa.
La casa está revuelta, cocinar y comer dignamente sentados cuesta un triunfo, el dinero no alcanza...que otro sería el cantar con alguien que te limpie, cocine, lave, planche, etc!

Durante todo el primer mes Manuel durmió conmigo en la cama porque no se quedaba en su cuna, eso desde el primer dia en la clínica. Me acomodaba semi sentada con almohadones a los costados y él upa en mis brazos, y así dormiamos todos toda la noche, incluído Manuel, y de dia mucho en brazos. teta libre, etc, ello de acuerdo a los postulados de la crianza natural con apego. Confieso que cuando leí a Laura Gutman sentí que sus principios me cerraban interiormente y empece a sentirme mas liberada con eso de la teta y del colecho, etc, pero...la verdad es que aunque comulguemos con ellos, en su ortodoxia se vuelve impracticable. Por nuestra salud hubo que hacer algunos ajustes.

Desde hace una semana Manuel duerme en su cuna (pegada a mi cama) por la noche. Costó, y aunque me levanto para alimentarlo, no me agobia, ya volver a dormir horizontal fue un placer, tengo mas control con las tomas y además estoy descansada.
En el dia....bueno, de a ratos se queda en su cochecito, otros está a upa (no lo vamos a desterrar de nuestros brazos su padre y yo), otros hay que hacerlo dormir paseándose por toda la casa.
Aun hoy Manuel tiene sus momentos (al menos una vez por semana) en que se pone en extremo demandante y parece no alcanzarle nada, yo lo tengo a upa y trato de calmarlo cuando se pone irritable, pero ya lei que se trata de "brotes de crecimiento", donde el bebe cuyo desarrollo neurológico no es homogéneo sino que da saltos, tiene nuevos requerimientos en la alimentación y por tanto lo mejor en estos casos es pegarlo a la teta todo lo que pida para que la mama reajuste la producción de leche, luego se normalizan las tomas, al menos hasta nuevo aviso. Además tiene mucho reflujo que lo tiene a mal traer, es doloroso y  lo despierta e interrumpe su plácido sueño (no veo la hora de que pasen los meses para que madure su estomago, pobrecito!)

De a poco nos vamos conociendo y decodificando sus necesidades, y organizandole sus hábitos siento recuperar algo de control,y ya el dia tiene otro color . Es un dia atrás de otro, las pequeñas conquistas alcanzadas en una jornada no se pueden vitorear en la otra, y se logra otra, o no, pero siempre es distinto, Manuel cambia, crece.
Mi bebe me necesita, y yo a el, lo digo con profunda emoción.