jueves, 24 de febrero de 2011

Relato de Jueves Literario: El constructor del mundo

The World Builder o El Contructor del Mundo es el tema de la convocatoria.
Y se preguntarán que tiene que ver el siguiente relato con ese título?
Posiblemente muy poco, pero los invito a ver el video que colgó Gustavo en su entrada del jueves 17/2 para inspiración de los jueveros.
Mas temas de la convocatoria en lo de Gustavo: http://callejamoran.blogspot.com/



EL HECHIZO DE POLVORIENTA

Es noche cerrada en el barrio de San Telmo.
El canto de los grillos, el croar de las ranas en las alcantarillas y el moroso fluir de las aguas por los pluviales, anuncian que avanza perezosa la hora de los duendes.
Falta una hora escasa para la medianoche según las campanadas lejanas de la Iglesia de Santo Domingo.
Las hadas comisionadas por la división ministerial para asuntos de encantamientos y hechizos del distrito sur de Buenos Aires, trabajan contra reloj.
A estas dos delegadas se les hace difícil completar su trabajo con esas vetustas varitas, que no se renuevan desde los tiempos de la colonia.
Se miran con gestos desesperados, y haciendo un recuento visual, ultiman los detalles faltantes.
Ya está listo el carruaje, un modesto carrocín de líneas clásicas.
Si de gusto propio se hubiera tratado, hubieran optado por un elegante birlocho, pero...desde que las partidas presupuestarias para los asuntos de magia y encantamientos fueron acortadas por orden ministerial, ya se sabe!
Tiran del carruaje dos caballos, que antes del hechizo eran dos mamaos que estaban a punto de trabarse en una abrazo mortal,-facón en mano-, al amparo de los árboles del Parque Lezama.
Además, por gracia de la varita mágica, oficia de cochero un musiquero, -que vestido de compadrito-, a diario se recuesta sobre el farol de la esquina de Defensa y Humberto 1º para atraer a los turistas con milongas lisonjeras.
A un lado del carruaje espera Polvorienta engalanada con un hermoso vestido de organza pastel con tules malvas.
-Desea que la dueña de la pensión, la misma que le da una vida de fregona, pudiera verla ahora!
Lleva sobre sus hombros, -para protegerse del fresco de la noche-, una estola de encaje ceñida con una diadema tallada en madera fragante de jacarandá litoraleño. Y corona su cabeza una tiara visiblemente de segunda mano, que seguramente ha visto tiempos mejores.
Ah! Le advierte una de las hadas a la otra. Falta el lacayo!
-Acaso se abrirá ella misma la puerta del carruaje cuando llegue a Palacio?
Con presteza convierten a un perro flaco con aires lejanos de galgo, en una figura de levita severa que se ubica atrás en el carrocín.

Sube Polvorienta al carruaje y parten raudamente.
Deben apurarse y marchar sin detenerse ni por un instante siquiera.
El portal del hechizo permanecerá abierto tan solo por el tiempo que indican las coordenadas de las estrellas fulgurantes.
El carruaje pasa a la carrera por Paseo Colón, cortando las sombras curvas que proyectan sobre el asfalto, las arcadas de la recova.
Repican los cascos de los caballos en los adoquines de las calles, y salen de los zaguanes perfumes de magnolias y limoneros.

De pronto, por efecto del destino macabro, Polvorienta ve asomarse entre las piedras del brocal de un pozo, una margarita.
La flor resplandece en tonos de cálidos amarillos en medio de la bruma azulada, -con la que el río cercano unos pasos-, inunda las calles del arrabal porteño.
Polvorienta quiere con desesperación esa flor hermosa, para adornar con ella la tiara que corona sus cabellos, y...fatalmente detiene el carruaje.

Ay! Fortuna mezquina! Esquiva eres por causa de sortilegio de medio pelo!
Cuando te sacudirás el mote de suerte berreta, de fama deslucida, tiznada con humo de fogones y sucia con barro del riachuelo, que le guarda fidelidad de despechada a este confín del mundo!

El hechizo pasó de hemisferio...
El portal del encantamiento se abre en otra ciudad.
Y en esa otra de callejuelas iluminadas, de edificios ornamentados con volutas caprichosas y banderines coloridos que cuelgan de los antepechos de altas ventanas,...una tal Cenicienta llega al baile.


El paisaje corresponde a Parque Lezama, y la foto es gentileza de María Elena

18 comentarios:

MARU dijo...

Le has dado a Cenicienta un mundo nuevo...
Los sacas de un mundo marginal, decadente y oscuro y por mor del encanto de una varita mágica, los conviertes en componentes de un bello cuento de personajes fantásticos, que en realidad no llegan al sitio donde la varita los había destinado...
Pero es igual, seguro que brillarán con todo su esplendor, y crearán una historia llena de color, contada con un vocabulario con mucha identidad, rico, variopinto y rematadamente personal.
Maravilloso, como siempre.

MARISOL dijo...

Cómo me gustan tus relatos, chispean ! Esa Polvorienta-Cenicienta es fantástica en su versión latina y colorista. Me quito el sombrero y te mando un beso.

Natàlia Tàrraco dijo...

Un despliegue de sensaciones, mágia, hadas en crisis de carruajes, y a Polvoreta le quedó la margarita, no es poca cosa.
Siempre me fascinas, besito.

Uma dijo...

Que bueno!
Y es que las oportunidades o se pillan al vuelo o se pierden!!
besos

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Una nueva versión dela Canicienta, llena de magia y resplandor, con margarita incluida.
Un abrazo

San dijo...

Los hechizos cambiantes, una Polvorienta deseosa de acudir toda distinta, pero las ganas de esa flor sencilla transforma los sueños en realidad. Buen giro al cuento otra oportunidad de imaginar cambios.
Un beso.

Any dijo...

Ohhhhhhhhhh nooooooooo!!!!! pero! destino esquivo! siempre nos pasa lo mismo, siempre nos ganan de mano!
Aguante Polvorienta! Que retroceda la historia y que sea ella la que llegue al baile! Saquen a esa usurpadora advenediza de Cenicienta! Bué, momento ... primero veamos al prince ... si es un bagarto (como suelen ser los príncipes) que se lo quede Cenicienta nomás. Ya le encontraremos un mejor destino a Polvorienta.

Jaaaaaaaaaaaa, perdón por la extensión pero me entusiasmé, me encantó!
besos principescos

V.Nas dijo...

Un ejercicio práctico de creatividad. Me ha encantado esta versión polvorienta de la que tuvo la fortuna de ser conocida como Cenicienta por causa de una humilde flor.
Un abrazo.
Mariví

casss dijo...

Hablamos de creación.... y la tuya ha sido por demás elocuente, entretenida y mágica.
Placer leerte y seguir la peripecia tan bien descripta.
un fuerte abrazo, desde aquí, de enfrente.

Medea dijo...

, Jajaja me ha encantado tu versión, es la construcción de otro mundo, casi paralelo pero me quedo con polvorienta y con su nombre,¡¡Me encanta su nombre!! ”tiznada con humo de fogones” hechizada por la flor de esa margarita, las hadas lo intentaron y...vos tenés la facilidad de hechizarme de nuevo, y verme de nuevo envuelta en el desarrollo de la historia, los vocablos de nuevo propios de tu tierra, enriquecen tus textos. Me encanta todo cuanto sale de tu lapicera.
Un beso grande.

Mai dijo...

Y todo por una margarita... Pobre polvorienta!!!
Decime que al menos la conservò entre las hojas de un libro y no la quiso para deshojar, porque sino es para matarlaaaa!!! jaja
Muy lindo tu relato Ceci!
Besos

Alfredo dijo...

¿Que decir...? bellísimo relato, lleno de matices y descripciones que te hacen entrar por la puerta grande al fondo del cuento.

Polvorienta, supo elegir... ¡siempre la margarita!. Los principes son de barro y no descubren amores.

Besos

Juan Carlos Celorio dijo...

He disfrutado mucho esta lectura, llena de fantasía sobre la realidad. Me encanta el "reciclaje" de esos seres de la calle y ese trágico final, los encantamientos, bien sabemos, tienen una duración limitada.
Un beso Ceci.

Primavera dijo...

No se que me pasa quizas sea porque no he crecido lo suficiente digo por dentro pero ...como me gusta las historias de cenicientas, principes encantados, beso de sapos que se convierten en principe, vamos que se nota que soy romantica...
Por lo tanto admirada y fascinada por el relato.
Primavera

Anónimo dijo...

acabo de convertirme en tipo del siglo...¿ ver?...¡da lo mismo con tal de que en su vestimenta entre por bemoles un sombrero de ala ancha y con una pluma así de grandota y así de ligera...pues quiero hacer una reverencia en la que se incluya ese movimiento lento, pero preciso, que se hace con el sombrero cuando uno reverencia...he dicho¡¡¡¡
y una vez dicho esto, has dándole una vuelta de tuerca al cuento...incluido eso del portal del tiempo-espacio...
si veo por aquí a la cenicienta, ese es mi pensar, le indicaré el portal para allegarse de nuevo a su origen.
besos ceci, la encantadora de cuentos...

Mamaceci dijo...

Luna, seguro los personajes (de este relato o de cualquiera)tienen ya de por sí una historia colorida. Gracias por tu sensibilidad. Me gusta que asocies las palabras usadas con mi identidad.Besos
Marisol, gracias y me gusta que te haya gustado este version de Cenicienta como dices. Besos
Natali, nada más tierno que una imagen de hadas en crisis. Pero como se las arreglan!
Gracias por tus palabras. Besito.
Uma, toda la razón tenes. Hay que estar avispado!Besito.
Carmen gracias por andar por este espacio, aprecio tu paso. Besos
San, y sí, el deseo por la flor pudo más.
Gracias y besos.
Any, es cierto lo del principe. La realeza de hoy no es muy prometedora, acaso Polvorienta es Máxima? no!! Besito
Mariví, gracias por pasar, una abrazo para vos también.
Cas, me halaga viniendo de tu parte que te guste el relato. Gracias y cuando decis de enfrente, me dan unas ganas de cruzarme! Como me gusta tu tierra!
Medea, gracias, pero el mérito es más tuyo que te dejas hechizar. Se nota a la legua que sos una persona hecha de esa madera de la sensibilidad. Besito
Mai, y después que el carruaje se volvió nuevamente calabaza, supongo que no le quedó más que conservar la margarita como recuerdo! Gracias por pasar. Besito
Alfredo, siempre tan sabio. Los principes son de barro nomás. Besito y gracias
Juan Carlos, cuanta razón. Un dia hay que despertar! Gracias por pasar y por disfrutar! Oh! un bonus para mí. Besos
Primavera, si ya te vi el costado romantico, si tu nombre ya lo dice todo!
Gracias por pasar, y que te haya gustado..un beso de principe o de sapo?
Gustavo, cuando te leia me imaginaba el gato con botas. Que ocurrencia!! Me gustaría ver eso!
Gracias por tan halagadoras palabras y reverencias. Hinchada me tienen (de orgullo claro) con sus palabras. Besito

Lola dijo...

Lo tuyo en vez de misteriosa, sería mágica Buenos Aires.
Y la verdad es que no lo había pensado nunca, pero el Buenos Aires del siglo pasado (o incluso el San Telmo de la actualidad) eran precisamente una aldea, tal como la de los cuentos.
Qué poco poder de promocionarnos eh?
Buenísima, o mejor dicho, mágica entrada.
Besos!

Isabel Aguilera dijo...

Hola!!
Hermoso relato.
Una estancia muy agradable tu blog.

Te felicito.
Un saludo.